criptomonedas – Expo Pyme Latam https://expopyme.com.ar Conectate al mundo Thu, 12 May 2022 22:31:13 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.2.2 https://expopyme.com.ar/wp-content/uploads/2021/07/cropped-expopyme_ico-32x32.png criptomonedas – Expo Pyme Latam https://expopyme.com.ar 32 32 Los crímenes del futuro ya están acá, o cómo las criptomonedas aceleraron meteóricamente el crecimiento de los ciberdelitos https://expopyme.com.ar/2022/05/12/los-crimenes-del-futuro-ya-estan-aca-o-como-las-criptomonedas-aceleraron-meteoricamente-el-crecimiento-de-los-ciberdelitos/ Thu, 12 May 2022 15:23:25 +0000 https://expopyme.com.ar/?p=6035 Alan Mai, CEO Bloka, empresa especialista en ciberseguridad para TI que resuelve los problemas de ciberseguridad para que puedas ocuparte de su negocio.

Es la única empresa en la región con un grupo de profesionales enfocado en brindar servicios de ciberseguridad a empresas que no cuentan con especialistas en su equipo de TI. Un Servicio Gestionado de Seguridad Perimetral de Red.

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Los crímenes del futuro ya están acá, o cómo las criptomonedas aceleraron meteóricamente el crecimiento de los ciberdelitos

Cualquier persona que viva en este mundo sabe que la incidencia de los ciberdelitos no ha parado de crecer exponencialmente en los últimos años.

Son varios los factores que empujan la crisis de cibercrímenes, pero el ascenso de las criptomonedas es, probablemente, el elemento clave para entender este fenómeno.

Hace diez, quince años, los ciberataques estaban principalmente orientados a entidades gubernamentales o grandes empresas. No se trataba, salvo en casos aislados, de crímenes con motivaciones económicas, sino más bien de ganar reputación en un ámbito todavía más ligado a la geopolítica que a la circulación de dinero.

Pero entonces llegaron las criptomonedas y nuestro entorno cibernético dió un salto cualitativo irreversible.

¿Qué pasó?

Es sencillo: en el viejo mundo del dinero (no era tan así, pero este no es momento de entrar en divagaciones económicas), si a alguien se le antojaba secuestrar tus datos y pedir un rescate a cambio, las chances de ser atrapado por las autoridades eran colosalmente más grandes de lo que son ahora.

¿Por qué? Porque no era fácil para nadie movilizar capitales sin dejar rastros. Y esos rastros (transferencias, extracciones, movimientos físicos para hacer el traspaso de dinero), podían ser seguidos por las autoridades.

Para hablar más claro: salvo que se tratara de un botín de miles de millones de dólares, no valía la pena arriesgare en esta clase de delitos. E incluso cuando se trataba de cifras astronómicas, justamente por su impacto, era difícil para los delincuentes salirse con la suya.

Pero entonces llegó el futuro. Al menos en lo que respecta a este creciente sector criminal.

Hoy en día es factible transferir enormes cantidades de dinero (en cripto) sin dejar huellas (al menos fácilmente detectables para los aparatos jurídicos de la mayoría de los gobiernos).

Y la cosa se pone aún peor. Porque este fenómeno coincide con la aceleración de la transformación digital de casi cualquier negocio.

El escenario que arman ambos factores es un caldo de cultivo ideal para el crecimiento de la ciberdelincuencia.

Y vaya que constatamos esto en el día a día.

Ahora cualquier empresa, por pequeña que sea, es target de los delincuentes.

Todo dato puede ser secuestrado.

Cualquier usuario se vuelve una billetera abierta.

Y cuando se trata de empresas medianas, que cuentan con activos de datos suculentos pero no poseen la infraestructura interna para gestionar sus propias estrategias de ciberseguridad, la cosa se está descontrolando.

Sabemos que esta categoría de empresas está siendo constantemente atacada.

Los vectores de ataque pueden ser genéricos e imprecisos, campañas masivas diseñadas para pescar incautos; o específicos y bien planificados, hechos para aprovechar vulnerabilidades probables o conocidas.

Es que la ecuación de los delincuentes es sencilla: las ganancias son astronómicas, los riesgos bastante bajos.

Digamos que si se tratara de un negocio ético y legal, sería el negocio en el que cualquiera quiere invertir.

Pero como en cualquier nicho delictivo en crecimiento, el sufrimiento concreto de las víctimas es cada vez más palpable.

No hablamos solamente de las gigantescas pérdidas materiales que enfrentan las empresas afectadas, de las semanas enteras en que el negocio queda detenido, de los puestos de trabajo que se pierden en el interín.

La posibilidad de cobrar rescates casi sin consecuencias legales hace que hasta el abuelo de Heidi sea un blanco posible para los atacantes.

De hecho, para ataques de estas características, ataques a individuos de a pie, muchas veces adultos mayores que atesoran en la virtualidad gran parte de sus recuerdos; es cada vez más común que los delincuentes adjunten en el aviso de ataque un instructivo muy sencillo que explica cómo adquirir criptomonedas y transferirlas a los secuestradores.

Parece una distopía, pero es muy real.

Y todos estamos en riesgo.

Tanto más en la medida en que no existe una real noción de la magnitud del problema. En parte porque en muchos países no existe obligación legal de reportar esta clase de incidentes.

Y claro, ¿qué empresa va a querer blanquear que sus datos y los de todos sus clientes fueron secuestrados? Ninguna, salvo que la obliguen.

Pero todos los que trabajamos en esta industria sabemos que los ataques crecen y crecen, y que son pocas las compañías que se preparan para un ataque. Hasta que es demasiado tarde.

 

@bloka.red

Fuentes: Alan Mai. https://www.linkedin.com/in/alanmai/

https://www.bloka.red/

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Con 24 años, crearon una fintech que acaba de levantar una ronda de US$ 11 millones https://expopyme.com.ar/2021/09/15/con-24-anos-crearon-una-fintech-que-acaba-de-levantar-una-ronda-de-us-11-millones/ Wed, 15 Sep 2021 12:52:08 +0000 https://expopyme.com.ar/?p=3393 En 2018, Julián Fraiese y Federico Ogue tenían 24 años y muchas ganas de emprender. Y lo hicieron: en 1 de julio cortaron cintas de Buenbit, la fintech que busca acercar los beneficios de las criptomonedas a la gente común a través de una app que lleva casi US$ 400 millones de volumen operado.

Un año antes, los ahora socios habían detectado la necesidad de un sitio confiable para la compra-venta de bitcoin. «Amigos y familiares empezaron a interesarse cuando bitcoin subió de US$ 1000 a US$ 20.000, y decidimos desarrollar un sitio web para que los argentinos pudieran comerciar de manera fácil y rápida criptomonedas», cuentan a Forbes Ogue (CEO) y Fraiese (CTO)al frente de un equipo de 130 personas.

Los emprendedores pusieron manos a la obra. «Decidimos hablar con el jefe de la empresa de tecnología en la que trabajábamos y pedirle los US$ 100.000 necesarios para comenzar. Afortunadamente confió en nosotros», revelan.

Así comenzaron a dar los primeros pasos la plataforma de compraventa en donde el comprador y el vendedor se juntaban y no había ningún intermediario, porque en 2017 la brecha entre la compra y la venta era muy grande. «Pero 2018 fue un año difícil para las cripto, perdieron tracción y la plataforma no era tan fácil de usar como creíamos. Hoy miramos hacia atrás y vemos lo importante que es al momento de emprender tener un proyecto en la cabeza que tenga la intención de crear un producto o servicio que le sirva a la gente, pensar en los problemas de las personas e idear soluciones para esos problemas», dicen.

Buenbit, sostienen los socios, «es una plataforma que facilita el acceso a criptomonedas y que está construyendo un ecosistema integral para acercar los beneficios de las stablecoins y de DeFi a la vida financiera cotidiana de los latinoamericanos. Tiene una interfaz amigable para que cualquier persona habituada al uso de su homebanking pueda intercambiar bitcoin (BTC), ether (ETH) y DAI por dinero FIAT (moneda local y dólares) en el momento que así lo requiera. Recientemente sumamos funcionalidades de ahorro, inversión y pagos en criptomonedas estables como el DAI», explican los socios.

Largo camino en tres años

Fraiese es ingeniero en Sistemas de Información por la Universidad Técnica Nacional (UTN), y trabajó como administrador de sistemas de información, bases de datos e implementación de infraestructura.

Ogue, en tanto, es licenciado en Economía por la Universidad de San Andrés, y antes de fundar Buenbit trabajó realizando investigación de mercado, análisis de negocios y desarrollo de modelos y proyecciones financieras para empresas de telecomunicaciones e internet. Pero su primer emprendimiento lo encaró a los 13 años, cuando creó un sitio de venta de juegos de Playstation 3.

Juntos se embarcaron en la aventura de emprender. Sin embargo, desde que comenzaron a darle forma a Buenbit debieron enfrentar varios desafíos. Por ejemplo, por un tiempo decidieron ofrecer un servicio de exchange de criptomonedas a los usuarios en donde Buenbit solo se llevaba una comisión del 0,35% (2018). Ante un mal año para las cripto (bear market), tuvieron otros productos como Buengiro (remesas) y Buendolar (compra venta de dólar), pero que perdieron sentido con las restricciones y el cepo, y que dieron paso a la plataforma actual.

Federico Ogue, CEO de Buenbit.
Federico Ogue, CEO de Buenbit.

«Hoy los principales desafíos que vemos son tratar de mantener la cultura de la empresa frente al rápido crecimiento del equipo y los cambios importantes dentro de la estructura interna, y saber en qué enfocarse, no perderse, saber discernir entre qué cosas son las importantes y cuáles no, y a veces también saber decir que no ante determinadas situaciones», dicen.

Recientemente, Buenbit acaba de recaudar US$ 11 millones –cifra récord en lo que respecta a Series A de compañías cripto en la región- de la mano de Libertus Capital y otros 12 inversores internacionales, entre ellos, los argentinos Matías Nisenson, Alec Oxenford y Nicolás Mindlin. 

Ogue subraya que la misión de Buenbit consiste en ayudar a resolver los problemas cotidianos de los latinoamericanos derivados de un sistema financiero disfuncional: “Vivimos en una región que padece a diario flagelos como la alta inflación, devaluaciones periódicas, altos costos transaccionales, inseguridad (policial y jurídica) o falta de herramientas de ahorro e inversión fácilmente accesibles. Las criptomonedas -en particular, las stablecoins- y el mundo de las finanzas descentralizadas (DeFi) contienen elementos de respuesta muy potentes a cada una de esas problemáticas. Desde Buenbit queremos ser un puente entre esa revolución tecnológica y los 650 millones de latinoamericanos”.

Libertus Capital es un fondo europeo de Venture Capital que invierte en compañías relacionadas con la tecnología blockchain y las tecnologías de la información.

Para fin de este año, la empresa planea estar 100% operativa en Perú, Colombia y Brasil, y busca superar el millón de usuarios registrados, consiguiendo así un crecimiento superior al 200%.

 

Fuente: Laura Mafud. Forbes Digital. Argentina.

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