¿Alguna vez experimentaste la sensación de que no eres lo suficientemente capaz para un determinado puesto o actividad?

Si la respuesta es sí, es posible que padezcas el síndrome del impostor, pero no temas, es mucho más común de lo que pensás.

Es más, estudios recientes demuestran que siete de diez personas lo han experimentado alguna vez en su vida, es un trastorno bastante normal estos días que incluso afecta a muchas celebridades de distintos ámbitos. La actualidad nos exige hasta superar nuestros límites a nivel laboral, por lo que la generación del síndrome del impostor se termina expandiendo con mucha rapidez.

En cuanto al origen de este síndrome, muchos profesionales coinciden en que en muchos casos puede deberse en el fondo a una dinámica inestable a nivel familiar, diferencias salariales a nivel laboral o la simple percepción diferencial de conceptos como éxito, fracaso y competencia.

Asimismo, hay salida, o al menos se pueden llevar a cabo algunas dinámicas para no padecer en esos momentos de incertidumbre.

• Aporta conocimientos: Si estudiaste, si tenés un importante conocimiento sobre tus hombros, no solamente lo utilices en tu día a día laboral, sino también comparte algo de ese saber con tu comunidad. Te sorprenderá lo que puedes aportar desde tu expertise.
• Apoyarte en un otro: Un socio o una socia suele ser un acompañante ideal en estos momentos, alguien con quien puedas compartir metas, sueños y por qué no, también tus inseguridades. Un otro puede devolver una mirada distinta a la subjetiva.
• Revisar tu registro: ¿Cuántas veces hemos recibido mensajes, mails o conversaciones donde destacan nuestro trabajo? ¡Muchas veces! de clientes, de amigos, de colegas. Guardemos esos mensajes, nunca está de más revisarlos cuando nuestra autoestima esté baja.
• El fracaso como parte del éxito: Todos fracasamos en algún momento, cada vez que fallamos estamos más cerca de lograrlo, lo importante es saber rescatar lo importante de cada experiencia adquirida.

¿Alguna vez has experimentado el síndrome del impostor?

Fuente: Belén Ortega CEO de Secretarias Virtuales | http://www.asistente-online.com |

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Muchas personas no saben cómo resolver este tema y en muchos casos temen utilizar palabras inapropiadas, por eso en el día de hoy te traemos..

4 claves para estructurar el feedback en tu empresa:

-Siempre ser respetuoso: Ser efectivos a la hora de comunicar no es fácil, sobre en una situación que puede ser conflictiva. Es esencial mantener la calma y comenzar a intercambiar pensamientos con tu equipo, por ejemplo ¿Cómo realizaste esta tarea? ¿Consideraste alguna vez realizarla de manera distinta? evitar reaccionar bruscamente durante la comunicación.

-Realizarlo con frecuencia: El feedback se fortalece cuando se vuelve un hábito, no hay que esperar al final de un vínculo laboral para expresar lo que sentimos. En muchos casos lo ideal es poder concretar una reunión con cierta periodicidad tanto con el equipo como con los clientes, para buscar siempre el progreso en el flujo de trabajo.

–Comunicación efectiva ante todo: Conoce bien a las personas con la que estás hablando, ¿Cómo se sienten cómodas a la hora de comunicar?

Siempre positivo: Tratar siempre de destacar algo positivo, independientemente de la situación siempre hay cosas buenas para rescatar.

Da y recibe ayuda: Tienes que estar dispuesto siempre tanto a brindar tu ayuda como a recibirla para solucionar los inconvenientes, nada puede ser resuelto siempre por una persona.

-Sé específico: No hay que divagar a la hora de señalar el tema en cuestión, ser específicos nos ayuda a pensar en soluciones más concretas.

¿Cómo es el feedback con tu equipo de trabajo o tus clientes?

Fuente: Belén Ortega CEO de Secretarias Virtuales | http://www.asistente-online.com | @asistenteonline8

Si sos un emprendedor que comienza con su negocio y con el producto del esfuerzo comienza a expandirse, seguramente comiences a tener gente a cargo y en ese momento es importante hacerte esa pregunta.

Ahora bien, ¿cómo se diferencia un líder de un jefe? Aquí te compartimos algunos puntos clave.

-El líder trabaja en equipo, el jefe busca solo el beneficio propio. Si el éxito llega el líder sabrá reconocer el esfuerzo de su equipo como un elemento fundamental en el camino, el jefe seguramente tratará de quedar bien frente a sus superiores.

-El Jefe es impersonal mientras que el líder es compasivo. El verdadero líder busca el crecimiento de los integrantes de su equipo. Si alguien no está pasando un buen momento lo sabe, ya que esta persona no podrá dar su mejor rendimiento en ese contexto. Respetuosamente, el líder tratará de interiorizarse para ayudar desde su lugar.

-El Jefe infunde temor mientras el líder inspira respeto: En muchas dinámicas de grupo el liderazgo no es algo proclamado, sino algo que se genera naturalmente debido a la personalidad de cada uno de los integrantes. El lider conduce con respeto, mientras que el jefe trata de presionar mediante el miedo para conseguir resultados.

-El líder delega con confianza, el jefe lo hace con temor: Un verdadero líder brinda las herramientas correctas y luego deposita la confianza en su equipo porque sabe que la tarea será realizada con excelencia. El jefe dudará permanentemente de los resultados y nunca terminará de delegar.

-El Jefe ordena mientras que el líder conduce: Las decisiones de un jefe son unilaterales, no piensa en los recursos a disposición, mientras que el lider conduce, toma las decisiones por consenso.

Ahora bien, una vez compartidas estas características ¿de qué lado te encontrás? ¿Sos un líder o un jefe?

Fuente: Belén Ortega CEO de Secretarias Virtuales | http://www.asistente-online.com | @asistenteonline8

Crea y cree en las rutinas: Las rutinas siempre son importantes, organizan nuestra vida y nos dan herramientas para poder controlar nuestro escenario laboral. Estas herramientas también pueden ayudarnos a combinar nuestro trabajo con las tareas de ser mamá. El objetivo siempre será que el día fluya sin demasiados contratiempos.

Delimita tu lugar de trabajo: No trabajes desde tu cuarto o en la mesa del comedor de tu casa. Tener un espacio propio para trabajar no solo ayuda a la mentalización sino que nos libera del pensamiento laboral una vez que salimos de ese entorno. Crea cercanía entre el espacio laboral y de tus hijos para que al mismo tiempo puedas interactuar con ellos y estar atenta a sus actividades.

Buscá crear un momento para vos: Antes del trabajo, antes de terminar, encontrá el mejor espacio temporal para tomar un momento para vos. Si bien puede ser complejo en una agenda cargada, es fundamental tener un momento al día para nosotros, buscando realizar alguna actividad placentera.

Apoyate en tu equipo de trabajo: Buscá sostén en el equipo. Si tenés la posibilidad repartí las cargas para que ellos también puedan ayudarte. Si la carga laboral y los quehaceres del día a día te sobrepasan, quizás sea momento de recurrir a ellos. Una mano colega nunca viene mal.

Confiá en tu trabajo: Nunca dudes de tus capacidades, habrá días mejores que otros, no decaigas si una jornada laboral no sale como lo buscaste. Aprende, analiza y buscá herramientas para volver con todo al día siguiente.

No podemos estar en todos lados al mismo tiempo, pero lo que sí podemos hacer es generar hábitos que permitan que el día a día sea un poco más llevadero.

Fuente: Belén Ortega CEO de Secretarias Virtuales | http://www.asistente-online.com | @asistenteonline8