jefe – Expo Pyme Latam https://expopyme.com.ar Conectate al mundo Fri, 20 May 2022 11:17:55 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.2.2 https://expopyme.com.ar/wp-content/uploads/2021/07/cropped-expopyme_ico-32x32.png jefe – Expo Pyme Latam https://expopyme.com.ar 32 32 8 consejos para mejorar tu empresa desde la base https://expopyme.com.ar/2022/05/20/8-consejos-para-mejorar-tu-empresa-desde-la-base/ Fri, 20 May 2022 11:03:32 +0000 https://expopyme.com.ar/?p=6120 Toda empresa es un reflejo de su propietario. Por eso, muchas veces me siento a pensar hacia dónde quiero que avance mi negocio. Cada vez que realizo esta acción, vuelvo a recordar la importancia de examinar y cuestionar sus procesos actuales, a la competencia, a mi equipo e, incluso, cuestionarme a mí misma como líder.

Me gustaría dejarte 8 consejos acerca de cómo construir un negocio que funcione. Estos pueden darte el puntapié para cuestionar tus creencias, actitudes y suposiciones actuales. De modo tal que amplíes tu visión y ello te traiga más de lo que buscás en tu empresa y en tu vida.

1. Cómo pensás es cómo acabás haciendo negocios

Dentro de cada empresario viven tres personalidades distintas:

  • El técnico: se encuentra en el presente y se centra en hacer el trabajo de fabricar, vender y entregar.
  • El gestor o gerente: se enfoca en conseguir resultados a través de los sistemas. Recuerda cómo se hicieron las tareas en el pasado, analiza los datos y sistematiza las operaciones, elaborando estrategias para alcanzar la visión de la empresa. También se encarga de bajar estas ideas a su equipo de trabajo.
  • El emprendedor: es el soñador que se esfuerza por acortar la brecha entre la situación actual del negocio y la visión final de la empresa.

La mayoría de los problemas de los empresarios se deben a que una personalidad sobresale encima de la otra.  Por lo general, el técnico predomina sobre las otras dos. Pero si cultivás la visión sistémica de tu gestor interior y liberás al emprendedor que te permite soñar, es posible que logres los resultados que deseás para tu empresa. El secreto está en la integración de estas tres personalidades.

2. Cómo transformar la visión de técnico a empresario

Si sos un técnico de corazón, es probable que tu negocio espere mucho de vos y no te sientas preparado para tanta exigencia. Trabajar bajo la expectativa de cumplir con todo puede ser frustrante. Vas a sentir que “no te alcanzan las horas del día” y que pasas demasiado tiempo tachando pendientes sin ver los resultados que tanto soñás. A fin de modificar esto, hay que cambiar esa visión de técnico a una perspectiva más empresarial.

  • Para el técnico, el producto es el producto que se vende. Para el empresario, la empresa es el producto.
  • Para el técnico, la empresa es un lugar al que ir a trabajar cada día. Para el empresario, la empresa es una visión hacia la que dirigirse.  
  • Para el técnico, la empresa funciona gracias a él. Para el empresario, la empresa funciona sin él.

Una organización que depende de vos, que no puede marchar sin vos, nunca te dará lo que necesitás de ella.

3. Tu negocio es tu producto

Tu empresa tiene que poder producir resultados sin vos. Deberías desarrollar la capacidad de ofrecer la experiencia ideal a tu cliente, tanto si estás como si no. Pensalo así:

¿Qué pasaría si tu empresa fuera solo una de otras 10 que están a tu cargo? ¿Cómo tendrías que enfocarlo para producir resultados sin que dependa de vos?

Este tipo de reformas comienzan por hacerse en los sistemas de la empresa. Tendrías que averiguar la manera de moldear cada aspecto del negocio y definir la función para cada proceso. También, que rol cumpliría tu personal y de qué resultados serían responsables.

Así que ese es el objetivo principal: trabajar para construir un negocio que funcione de forma consistente, rentable y autosuficiente. Con el tiempo, empezarás a reemplazarte a vos mismo por personas que puedan hacer tu trabajo, de manera eficaz y con el apoyo de tus propios sistemas. Con dedicación, el negocio que tenés ahora, incluso con sus imperfecciones, te llevará por el camino que en realidad querés. Ya verás.

 4. Tu negocio puede -y debe- servir a tu vida

Tu empresa es más que un lugar de trabajo, es un espacio dónde realizar tus sueños. ¿Cómo aporta tu negocio a tu vida? Una vez leí que la mejor manera de emprender es desarrollando una idea que solucioné el problema que hoy tenés. Y me pareció increíble.

Si tu negocio no está a tu servicio, lo más probable es que te esté consumiendo. Una labor que está al servicio de tu vida crea más vida: te llena de energía, en vez de agotarte. Es un espacio donde podés ser vos con todo tu potencial, en lugar de una “versión laboral más pequeña” de vos. Es un mundo que refleja tu visión, tus valores y cómo querés que tu equipo se alinee con ellos.

Cuando pongas tu intención en crear esto, descubrirás un negocio que te encanta dirigir y una vida que te emociona vivir.

5. Tiempo es sinónimo de vida

Desarrollar tus habilidades internas de Gerente y Emprendedor liberará tu tiempo para construir un negocio que aporte a tu vida. Si tu empresa depende demasiado de vos para producir resultados, este será un camino difícil. Vas a necesitar hábitos, disciplina y voluntad para descubrir que sos capaz de producir resultados sin estar presente. Vas a requerir de autogestión y una nueva relación con tu recurso más preciado: el tiempo. Si querés dirigir tu organización, en lugar de que esta te dirija a vos, empezá por cambiar la forma en que usás tu tiempo.

6. Hacé que valga la pena

Debés alcanzar el punto medio óptimo dónde satisfacés las necesidades de tus clientes y, también, tus objetivos financieros personales. Cumplir estos dos objetivos requiere un profundo conocimiento de tu mercado objetivo y un modelo de negocio bien razonado y validado.

Una oportunidad de negocio en la que vale la pena invertir, y que confirma que los objetivos financieros esperados pueden ser —y van a ser— alcanzados, es la que satisface las necesidades de tus consumidores de una manera que lo diferencia claramente de sus competidores.

7. Concentrate en conocer a tu cliente

Detenete un momento e imaginá a tus clientes: ¿Quiénes son? Es de suma importancia sentarse a conocer a tu público objetivo: dónde están, qué necesitan y cómo se sienten. Los empresarios requieren saber esto porque es fundamental encontrar la manera de eliminar una frustración o satisfacer un deseo REAL de sus clientes que haga que la inversión en su negocio merezca la pena.

Además, una empresa que conoce quienes son sus consumidores, posee un gran servicio de atención al cliente. Este detalle en la atención es lo que diferencia a las empresas excepcionales de las ordinarias. Para asegurarte de que las personas elijan tu marca, es crucial ofrecer a tus clientes una experiencia fuera de serie de manera consistente. Esto se logra con una mezcla de personas inspiradas y sistemas inteligentes, y esa combinación debería estar siempre por encima de tu participación personal.

8. Definí tu marca

Las marcas que diseñan una forma única de hacer las cosas pensando en un cliente concreto son las que más atraen a la gente, las que más les gustan y las que más les inspiran.

La imagen de una empresa que funciona es una descripción de la experiencia ideal para: tus clientes, tus potenciales clientes, proveedores, inversores y todo tu equipo. También, la imagen describe aquellos resultados que producirá.

Esa es la verdadera definición de tu marca: tu propia forma de hacer negocios. Determina el aspecto, el modo de actuar, la sensación que generará y el rendimiento del equipo. Este tipo de empresas son las que generan clientes a largo plazo a los que les encanta hacer negocios con ellas.

 Y vos, ¿examinás y cuestionás tu empresa? ¿Qué creencias y suposiciones que aún sostenés podrías modificar para mejorarla?

 

Fuente: Fabiana Mejalelaty https://www.alumbralab.com/

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¿Jefe o líder? https://expopyme.com.ar/2022/03/25/jefe-o-lider/ Fri, 25 Mar 2022 16:43:02 +0000 https://expopyme.com.ar/?p=5526 ¿De qué lado de la grieta de conducción de grupo te encontrás?

Si sos un emprendedor que comienza con su negocio y con el producto del esfuerzo comienza a expandirse, seguramente comiences a tener gente a cargo y en ese momento es importante hacerte esa pregunta.

Ahora bien, ¿cómo se diferencia un líder de un jefe? Aquí te compartimos algunos puntos clave.

-El líder trabaja en equipo, el jefe busca solo el beneficio propio. Si el éxito llega el líder sabrá reconocer el esfuerzo de su equipo como un elemento fundamental en el camino, el jefe seguramente tratará de quedar bien frente a sus superiores.

-El Jefe es impersonal mientras que el líder es compasivo. El verdadero líder busca el crecimiento de los integrantes de su equipo. Si alguien no está pasando un buen momento lo sabe, ya que esta persona no podrá dar su mejor rendimiento en ese contexto. Respetuosamente, el líder tratará de interiorizarse para ayudar desde su lugar.

-El Jefe infunde temor mientras el líder inspira respeto: En muchas dinámicas de grupo el liderazgo no es algo proclamado, sino algo que se genera naturalmente debido a la personalidad de cada uno de los integrantes. El lider conduce con respeto, mientras que el jefe trata de presionar mediante el miedo para conseguir resultados.

-El líder delega con confianza, el jefe lo hace con temor: Un verdadero líder brinda las herramientas correctas y luego deposita la confianza en su equipo porque sabe que la tarea será realizada con excelencia. El jefe dudará permanentemente de los resultados y nunca terminará de delegar.

-El Jefe ordena mientras que el líder conduce: Las decisiones de un jefe son unilaterales, no piensa en los recursos a disposición, mientras que el lider conduce, toma las decisiones por consenso.

Ahora bien, una vez compartidas estas características ¿de qué lado te encontrás? ¿Sos un líder o un jefe?

 

Fuente: Belén Ortega CEO de Secretarias Virtuales | http://www.asistente-online.com | @asistenteonline8

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Cómo decirle no a tu jefe https://expopyme.com.ar/2021/09/15/como-decirle-no-a-tu-jefe/ Wed, 15 Sep 2021 15:58:09 +0000 https://expopyme.com.ar/?p=3450 El simple hecho de pensar cómo decirle no a tu jefe es difícil, ¿verdad? ¿Cuántas veces damos vueltas en vez de hablarle clara y directamente? Te tengo buenas noticias: ir por el camino más corto y más claro convierte una conversación difícil con tu jefe en un intercambio adulto y comprometido donde generar juntos una solución win win.

Cuando hablamos de comunicación, lo primero en lo que tenemos que pensar es en desactivar los automatismos. No podemos reaccionar dando respuestas automáticas, contestando con frases acostumbradas o que nos hayan dado resultado en oportunidades anteriores.

¿Por qué? Porque cada conversación es única y sucede entre dos personas con características particulares en un contexto también particular. Lo que a ti hoy te agrada, a otro podría desagradarle. Lo que para ti es un comentario al pasar, a otra persona podría resultarle una evasiva. Por eso, en vez de hablar de soluciones universales, hoy vamos a ver diferentes técnicas para que puedas elegir aquella que mejor se adapta a tu estilo y/o al estilo de tu interlocutor.

Claves previas a la conversación

En este post partimos de la base de que tu jefe o jefa te pide que hagas algo que no puedes hacer. Para aclarar tu mente, hacer un diagnóstico claro de la situación y sus implicancias, y extraer la mayor cantidad de posibilidades, te propongo que escribas sobre estos puntos clave, antes de la conversación con tu jefe o jefa:

  • Analizar tus prioridades de trabajo: hacer una lista de tus tareas y ordenarlas por prioridad y fecha límite.
  • Estimar la dedicación para cada una y evaluar si hay alguna posibilidad de sumar la nueva tarea que te están pidiendo.
  • Crear un documento con esta información para compartir con tu jefe. Puede ser un Word o un Excel. La idea es generar una situación de análisis conjunta.
  • Contemplar la posibilidad de que el líder de tu equipo no tenga una idea clara de cómo está tu agenda. Considerar esta opción evitará que estés a la defensiva o actúes de manera agresiva.
  • Hacer una lista de opciones, propuestas y soluciones alternativas.
  • Organizar tus argumentos para las diferentes soluciones alternativas que vas a proponerle. Una vez escritos, léelos en voz alta.
  • Practicar frente al espejo, grabarte, hablar mientras caminas. Explora qué argumento te hace sentir más segura durante la conversación.

Cómo decirle no a tu jefe con estilo

Al no, se debe llegar con una preparación y se debe pronunciar con un estilo que no dé lugar a dudas. La idea es decirlo de manera tal que la otra persona lo entienda e interprete como la mejor de todas las opciones, incluso como la única alternativa posible. Para eso, te recomiendo:

Mantener un tono de voz firme y amigable. Un tono que no resulte amenazante o agresivo. Pero tampoco un tono débil que exprese temor o inseguridad. Un tono medio, cálido y sereno sin estridencias es la mejor opción.

Decir palabras que muestran aprecio, agradecimiento, valoración y cortesía. Estamos entre personas adultas evaluando una situación que compartimos y ambos queremos lo mejor. Asegúrate de que tus palabras reflejen ese entendimiento.

Estos dos aspectos configuran el tablero desde donde vas a movilizar las piezas de tu jugada.

Claves durante la conversación

Los 4 no

Hay cuatro situaciones que debes tener siempre presentes:

1-Evita iniciar con la palabra noEl no va dentro de una explicación o una propuesta, es una parte más de la conversación. Hay una excepción a esta regla. Si en el pasado has usado estas tácticas y no te han dado resultado, aprende a decir “no” de manera asertiva y sin dar mayores explicaciones. Usar el no como un límite. Sigue leyendo para más detalles.

2-Evita generalizaciones o exageraciones: siempre, nunca, todos, nadie. Resultan demasiado imprecisas, intenta ser lo más específica posible.

3-Evita irte por las ramas o ser ambigua. Ir directo al punto le ahorra energía a tu interlocutor.

4-Evita hablar en pasado: “la vez pasada ocurrió lo mismo” o “si hubieran hecho tal cosa…”. El verbo crea realidad cuando está en tiempo presente.

Los 4 

Las cuatro claves siguientes te ayudarán a mantener el foco durante la conversación para ser más clara y concisa:

1-Ten en claro el objetivo de la conversación: el no debe estar fijo en tu mente hasta el final.

2-Escucha de manera activa: no estés pendiente únicamente de lo que quieres decir. Intenta estar abierta al punto de vista de tu jefe o jefa para entenderlo/a y recibir toda la información. Si no te resulta suficiente pídele información complementaria.

3-Visibiliza tus ocupaciones: muéstrale el documento que hiciste con tus tareas y la asignación de tiempos, y pídele feedback sobre tus prioridades. Esto le da margen para conocer en qué te ocupas y evaluar la posibilidad de reasignar alguna tarea o un plazo, o delegar a otro colaborador.

4-Sé concisa: descríbele en tiempo presente tu decisión, de manera que el no quede como complemento y no como protagonista de la conversación.

Aquí te comparto un ejemplo de cómo decirle no a tu jefe en una respuesta asertiva y clara en una conversación donde tienes que decirle no a tu jefe o jefa.

  1. Una explicación: “Revisé mi calendario y las prioridades que establecimos juntos para el primer trimestre y veo que según este planning no me es posible asumir este proyecto adicional ahora”.
  2. Una propuesta: “Revisé mi calendario y las prioridades que establecimos juntos para el primer trimestre y veo que según este planning no me es posible asumir este proyecto adicional, a menos que me cambies la fecha de entrega de alguna otras tarea para más adelante”. Otra propuesta podría ser: “Con gusto te ayudo a buscar otro colaborador”.

Como ves, no es cuestión de enojo, porque el enojo no resuelve. Se trata de preservar tu salud y la del vínculo. Además, al darle un feedback realista a tu jefe, podrá mejorar sus habilidades de liderazgo en la delegación de tareas.

Marcar límites es poner orden

Quedarte en una posición cómoda de decir a todo que sí para evitar confrontaciones, tarde o temprano te jugará en contra. Cuando pones un límite, y aprendes a decirle no a tu jefe, simplemente estás poniendo orden en tu entorno. En lugar de dar por sobreentendidos tus derechos o culpar a tu jefe por volver a pedirte tareas que te sobrecargan, te sugiero lo siguiente.

Conocer cuál es tu nivel de tolerancia: indagar qué te agrada, cuánto, cuándo, de qué manera, es vital para reconocer cuál es la medida justa para ti. ¿Qué cantidad de veces estoy dispuesta a hacer un favor? ¿En qué condiciones sí y en cuáles no lo haría?

Decidirte a poner límite: decidir e informar si aceptas o no un pedido, sin tener que justificarte y sin creer que porque lo has hecho en el pasado estás obligada a repetirlo. Una cosa es un favor puntual y otra muy diferente sentirnos comprometidas en forma permanente. Quien abusa de tu paciencia conoce tu punto débil: “¿cómo me dices que no, si siempre lo hiciste, si antes podías, si me dijiste que no te molestaba, etc.? No admitas que alguien decida por ti.

Sostener el límite: algunas veces debemos sostener un límite con hechos y sin culpas. Algunas personas dicen que no y luego terminan cediendo. En esos casos es más efectivo un límite claro y de hecho, en lugar de dar explicaciones o realizar propuestas. Ejemplo: Cuando tu supervisor/a te pide que asistas a un llamado en conferencia adicional a los planificados para esa semana, puedes decir: “Lo siento, no, esta tarde no puedo.”

Te cuento un secreto: cuanto más seguido pongas límites pequeños, menos necesitarás poner grandes límites. Se trata de reconocer dónde es “hasta acá” para ti, como le decimos al mozo cuando nos sirve vino en la copa. No le decimos un “basta” con enojo, le marcamos a tiempo nuestra preferencia sin dudar y sin tensión. De la misma manera te invito a practicar formas de marcar pequeños límites regularmente para evitar un basta desmedido.

Me gustaría terminar destacando el valor de un buen límite aplicado a tiempo. Porque tanto si te desgastas asumiendo tareas que te exceden, como si se generan roces en los vínculos ente tú y tu jefe, las consecuencias son negativas para todos.

Cuando aplicas el límite como una pauta de orden estás mejorando las relaciones interpersonales y también tu performance, la de tu equipo y la de tu área. Además, recuerda que para tu jefe también es importante aprender qué y cómo delegar. Por eso es bueno que entiendas que un no claro y a tiempo evita males mayores y mejora el entendimiento a corto, mediano y largo plazo. Ya no se trata de un tema personal sino de defender un bien mayor a través de estas estrategias win win.

Fuente: Betina Bensignor. Socia fundadora en Énfasis – Redacción y oratoria.

https://www.linkedin.com/in/betina-bensignor-6b820317/

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