No importa el día, siempre hay gente esperando una mesa para poder comerse uno de los platos que se convirtió en mito entre los paisas. Y mientras aguardan su turno, en las paredes pueden observar el desfile de fotografías que retratan a las grandes personalidades que alguna vez visitaron el negocio.

En ese hall de la fama, se pueden ver cantantes, futbolistas, empresarios y políticos, cuyos nombres no vamos a citar porque a la vuelta de 30 años, quizás, el único que seguirá vigente es el de Mondongo’s.

Del pueblo a la ciudad

Los esposos Octavio Velásquez y Julieta Vargas, fundadores de la marca, son oriundos de Ciudad Bolívar, Suroeste antioqueño. Cuenta la historia que en ese pueblo los domingos después de la misa de 12:00, la gente se reunía para almorzar con el mondongo preparado por las matriarcas.

Durante una visita a Medellín, un amigo de don Octavio se antojo de la tradicional sopa. El problema es que no fue fácil encontrarla. Y cuando la logró ubicar, tampoco era lo que su paladar esperaba.

William Vargas, quien además es el hermano de doña Julieta, narró que una vez este hombre retornó a Ciudad Bolívar, le propuso a Octavio que montara un restaurante para vender la preparación con la receta de su familia. Pero al futuro emprendedor le asaltó una inquietud: qué nombre le iba a poner a su empresa: “lo ponemos mondongo’s, con un apóstrofe”, le propuso el amigo.

Fue así como el 9 de octubre de 1976, en San Juan, se inauguró la exitosa marca en un local que no aguantaba un aforo superior a 20 personas.

Algo que muchos no saben es que el insigne logotipo fue dibujado en una servilleta y hasta el sol de hoy permanece tal como quedó en ese trozo de papel.

Mondongo gratis

El día de la apertura, a los dueños se les ocurrió regalar el plato de mondongo a los transeúntes; la mayoría de ellos acompañaban a los pacientes de dos clínicas que quedaban cerca.

“Un señor que estaba a alicorado —relató William— se enfureció cuando le regalaron el mondongo y dijo: yo nunca he entrado a un restaurante a pedir limosna ni a que me regalen nada. Entonces hubo que cobrarle. Pero a partir de ese día, esto ha sido un éxito”.

Pasaron los primeros cuatro años cuando los fundadores tuvieron que enfrentar la primera dificultad: una ampliación urbanística se iba a llevar por delante el local y había que tomar una decisión: cerrar o empezar de nuevo en otro sitio. Eligieron la segunda opción y se convirtieron en los primeros restauranteros de la 70 que se ubicaron en un segundo piso.

La fortuna judía

William Vargas tomó la gerencia desde principios de los 80 por petición de los dueños y le tocó una de las peleas duras que ha tenido el negocio: el registro de la marca.

Al ser un nombre genérico, ninguna cámara de comercio aceptaba la marca. Pero durante un velorio judío, William conoció a un personaje que se especializaba en esa clase de lío jurídico y le ayudó a registrar a Mondongo’s.

Lo cierto es que hasta ahora la cadena cuenta con dos locales en Medellín (la carrera 70 y la calle 10) y uno en Miami. A este último, según el gerente, ya se le quedó pequeño el espacio que tiene allá. Son alrededor de 200 parqueaderos y no dan abasto.

El reconocimiento de esta empresa le permitiría tener muchos más puntos, pero la familia, de acuerdo con las palabras de William Vargas, no quiere que se pierda el toque humano que ha hecho la diferencia durante las más de cuatro décadas de existencia.

“A los negocios les hacen fila, máximo, hasta los 16 años. Eso lo dijo un conferencista español. Cuando supo que a Mondongo´s se la hacían desde hace 46 años se sobó la cabeza. La única clave es que servimos con amor”, resaltó.

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Estas figuras inspiradas en series, películas y videojuegos son el símbolo de un grupo de tiendas dedicadas a la venta de productos de cultura pop. En Uruguay, ese rubro ha tenido un crecimiento sostenido en ventas y presencia comercial al pasar del mundo under a 18 de Julio, los shoppings y al Interior.

Lejos de amilanar el frenesí de los consumidores como en otras categorías, la pandemia impulsó a las tiendas para coleccionistas.

«Todos esperaban que el coleccionismo con la pandemia se contrajera. Pero la gente salió a comprar» desde figuras y cartas a juegos de mesa, destacó Mario Dittrich, CEO de XUruguay.

En el último año, su tienda vio un crecimiento de 30% de las ventas de Funko Pop, cuyo catálogo supera los 1.800 modelos. Como algunos lanzamientos son de edición limitada o se discontinúan, su valor se dispara. «Hay gente que viene y dice ‘esto es una inversión’», señaló Dittrich. «Eso habla de que hay un mercado que ha crecido muchísimo».

La venta de videojuegos, el otro eje de los ingresos de la tienda, se elevó un 20% a pesar de la escasez de chips que catapultó el precio de consolas como PlayStation 5 a los US$ 1.200. Los coleccionistas de viejos equipos como NES, Super NES y Nintendo 65 han alimentado en parte la demanda.

Según Dittrich, ambas categorías aportan un 40% cada una de su facturación de su tienda.

En pandemia incluso la empresa creció con un tercer local, el segundo sobre 18 de Julio.

Para Frikantec, el coronavirus trajo un inesperado avance. El proyecto había comenzado en «eventos frikis» y se convirtió en una empresa con cuatro locales.

Mariana Pérez, directora y cofundadora de Frikantec, se sorprendió cuando la llamaron desde Las Piedras Shopping. «Nos dijeron que en base a un estudio que hicieron vieron que un montón de sus clientes nos seguían y querían algo distinto», recordó. Hoy el local funciona «muy bien», agregó Pérez. «Hay mucho público friki en Las Piedras que nos agradece, porque antes tenían que venir a Montevideo a comprar».

Más que en ventas, la empresa mide su expansión en metros cuadrados. «Hace dos años no teníamos ni local y en seis meses abrimos tres más» luego del primero, resumió. «La próxima meta es poder incorporarnos a algún shopping de Montevideo», lo que implica «otro costo», admitió Pérez, quien dejó en julio su empleo en Fiscalía para dedicarse 100% al negocio.

Mi meta principal era llevar una tienda coleccionable a un shopping y ser el primero» en lograrlo, afirmó Juan Manuel Castillo, director de la tienda Collectibles. En octubre concretó ese anhelo al abrir en Costa Urbana. Desde 2010 tiene un local en Vázquez casi 18 de Julio.

Castillo asegura que el rubro «ha crecido muchísimo», al punto que empresas mayoristas o jugueterías tradicionales están tratando de adquirir licencias de marcas coleccionables.

Su tienda subió sus ventas en la última Navidad un 35% respecto a 2020 de la mano de un público que se ha volcado con mayor naturalidad a este rubro.

Más que fanáticos

El público que hoy se acerca a las tiendas de coleccionables es más amplio que nunca. Si antes llegaban adolescentes o adultos jóvenes, ahora también las visitan niños, parejas y mayores de 40 años.

En Darkside Bros, un 60% de los visitantes son mujeres de 25 años en adelante, detalló Fernando Zaha, dueño de la tienda junto a su hermano Marcelo.

Zaha ve que el rubro se ha «desdramatizado»; los clientes ya no se sienten «juzgados» por su hobby. «Intentamos hacerlo lo más abierto, divertido y natural», así como dar una atención personalizada, remarcó.

Con una oferta de 600 Funko Pop diferentes, estas figuras son un llamador para la tienda. Las figuras más populares son las inspiradas en el animé Naruto, Harry Potter y Marvel.

De todos modos, la apuesta de Zaha principal está en la línea «Home», compuesta por toda clase de merchandising, desde imanes y stickers a tasas, libretas y tapetes (todos licenciados). Esa gama de productos capta a un cliente más adulto que el que compra Funko Pop y que, por ende, gasta más.

La pandemia llevó parte de ese gasto al canal online. Las ventas web de Darkside Bros se duplicaron de 2020 a 2021. Y, aunque ahora la clientela concurre más a la tienda física, el negocio no se resintió sino que el e-commerce funciona como una tienda más.

Para otros jugadores como Frikantec, el e-commerce representa un 30% de las ventas; en XUruguay el crecimiento de ese canal es del 20% anual, mientras que para Collectibles las compras digitales o que empiezan en Internet alcanzan al 60%.

Por otra parte, el comercio electrónico es clave para llegar también al Interior. De hecho, casi un 30% de las ventas por Internet de Darkside Bros son desde fuera de Montevideo. El alcance de su web le hace descartar la idea de abrir más locales, aunque sí está buscando un local más grande.

Mientras, XUruguay proyecta desembarcar en Maldonado -su segundo mercado en importancia detrás de Montevideo- este año, confirmó Dittrich. «La gente del Interior también participa de esto», subrayó Castillo, que tiene clientes de distintos departamentos.

La avidez por estos productos provoca que «tiendas de informática en el Interior estén incorporando productos de animé», comentó Pérez.

La fascinación por lo pop y el coleccionismo no conoce de límites de edades o geografías.

Cuatro jugadores del coleccionismo

Darkside Bros

Los hermanos Marcelo y Fernando Zaha tenían una tienda de insumos informáticos y service de PC que llevaba 17 años en el mercado. Aficionados a la cultura pop y lo geek, en 2015 incorporaron productos con ese sello. Esa área creció rápidamente y terminó quedándose con el 100% del negocio. Así nació Darkside Bros, recordó Fernando. La tienda, ubicada en Pocitos, cuenta con unos 3.000 productos diferentes.

XUruguay

La historia de XUruguay se remonta a 2007. Su fundador, Mario Dittrich, empezó el negocio como una tienda de venta de videojuegos y consolas, pero con el tiempo fue anexando productos para coleccionistas y merchandising. Actualmente, la empresa cuenta con tres locales, uno en Pocitos y dos en el Centro, sobre 18 de Julio. El último de ellos, ubicado en la principal avenida y Ejido, abrió en plena pandemia.

Frikantec

Frikantec nació en 2016 presentándose en eventos, pero la pandemia obligó a variar el formato a tiendas. En julio de 2020 abrieron en el Centro, luego en Pocitos y acto seguido sumaron sus locales en Las Piedras Shopping (octubre) y Punta Shopping (diciembre). El surtido de la tienda abarca más de 2.000 productos, dijo Pérez. Los juegos de mesa y la recientemente incorporada parte de gaming son los rubros más destacados.

Collectibles

Collectibles abrió en 2008. Al principio vendía online y en un pequeño local de una galería. El avance de las ventas y el interés de los clientes llevó a la tienda a mudarse a un local en la calle Vázquez donde aún vende Funko Pop, disfraces y juegos, entre otros productos. El año pasado la empresa abrió un segundo punto de venta en el shopping Costa Urbana. Si bien la idea es crecer, la prioridad ahora es consolidarse, dijo Castillo.

Fuente: Diego Ferreira. https://www.elpais.com.uy/el-empresario/