Emprendedores

¿Qué hacer para que tu emprendimiento no te agobie?

¿Cómo te pensaste cuando decidiste emprender? ¿Perseguías un sueño? ¿Querías dejar la relación de dependencia? ¿Querías ganar dinero con un hobby? ¿Qué te movió en ese momento?

Es raro a veces recordar ese momento de inicio. Y en muchos casos ese inicio fue la idea de generar un ingreso y a veces, el salir de la relación de dependencia. Y si ese fue el origen, lo que estábamos quizás haciendo era generar un autoempleo.

Cuando somos empleados de otros, lo que buscamos es una cierta seguridad. Ese sueldo cada fin de mes, el aguinaldo, las vacaciones pagas. Todo eso, nos genera certezas, y la certeza muchas veces genera calma.

Sin embargo, esa certeza, viene con un alto precio. La inflexibilidad en los horarios, la poca libertad para definir las grandes estrategias de la empresa y a veces viene con jefes interesantes y a veces con jefes muy complicados. ¿Te acordás de esos días en que sentías una tremenda presión entre llegar a tiempo al trabajo y tu hijo que lloraba o te morías de ganas de estar al aire libre?

A su vez, te recuerdo, que la certeza de cuánto ibas a ganar, también venía con la certeza de que nunca vas a ganar más que eso.

Y un día te decidiste. Voy a lanzar mi emprendimiento. Se acabó la relación de dependencia.

Y la pregunta es: ¿lanzaste tu emprendimiento, como un auto empleo o como una empresa?

Yo, mi peor jefa

Cuando lanzamos nuestro emprendimiento como un autoempleo, nosotros somos el único empleado, y a la vez el jefe más cruel que jamás hayamos tenido. Sentimos que todo es un gasto, que tenemos que ahorrar para ganar más, que no podemos gastar, no podemos tener ayuda, tenemos que hacer todo, y hacerlo bien. Y trabajamos muchísimas horas por día para tratar de ganar más. En general, no tenemos claridad de cuánto estamos ganando, porque no hacemos un corte del 1 al 30 del mes y sumamos nuestras ventas, mirando en mercado pago, mercado libre, el banco, lo que vendimos en blanco, lo que vendimos en negro.

Si sos como yo y como la mayoría, en general no sabés cuánto ganás por mes, pero por si acaso, te convencés de que es muy poco como una extraña manera de motivarte a ganar más. Digo extraña estrategia, pues implica una presión diaria, mucho peor que la que te ponía tu jefe, en la que te decís cosas horribles, te cuestionás a vos misma, y seguís tratando de avanzar.

Este autoempleo, si bien a veces te da alegría, y te recordás la flexibilidad, por momento se hace muy difícil.

de emprendedora a empresaria

El camino de Emprendedor a Empresario

Yo quiero proponerte que salgas del lugar del autoempleado, al lugar de la mentalidad empresarial. En este artículo, te conté el paso a paso de cómo lograr una mentalidad empresarial.

La mentalidad empresarial dónde te ves como inversora en tu empresa, es muy diferente a la mentalidad de un autoempleado. Te invito que la pruebes, como forma operar con profesionalismo y a su vez, sentir calma y empezar a tener la libertad con la que soñabas cuando empezaste este camino.

Desde la mentalidad de inversor, podés ser el inversor principal en tu emprendimiento y gerente general de tu negocio y tener en claro algunas máximas:

  • Tu negocio está para generar dinero (¡no para esclavizarte!).
  • Tu negocio requiere ciertas inversiones para funcionar.
  • Requiere un equipo de trabajo (part time, full time, free lance, como sea, pero un equipo).
  • Requiere un modelo de negocios lo más claro posible para generar valor y capturar el valor en forma de ingresos.
  • Es posible enseñar a otros como tu modelo de negocios genera dinero y así delegar.

Con una mentalidad empresarial, también te permitís con humildad y compasión no saber de todo. Te permitís buscar ayuda en temas específicos que te complican. Para algunas emprendedoras se complica la parte contable y las finanzas, para otras el marketing, para otras logística, para otras atención al cliente. Pues bien, desde la mentalidad empresaria, ¡entendés que no tenés que saber de todo y hacerlo todo sola! Ningún dueño de empresa hace todo y prentende saber de todo.

Quizás al leerlo te estés riendo, dándote cuenta cuánta exigencia y omnipotencia hay en pensar que tenés que saber de todo y hacer todo.

Pues te libero de ese paradigma, y te invito a respirar profundo, tomar distancia y empezar a ver que podes hablar de tu empresa en forma disociada de tu persona y empezar a ver en qué necesitas ayuda, y en qué necesitas invertir.

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Fuente: Fabiana Mejalelatay https://www.ladiesbrunch.co/ | @ladiesbrunch

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