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Qué es la regla 50/20/30 y cómo hay que aplicarla para ahorrar y controlar los gastos

Esta fórmula de porcentajes ayuda a ordenar la economía personal a través de un mejor manejo de los ingresos. Cómo hacer rendir el dinero.

Como consecuencia de la pandemia y las recurrentes crisis en el país, la economía local se encuentra en una situación complicada, lo que obliga a pensar estrategias de finanzas personales para optimizar los recursos que se manejan, resultar lo menos perjudicados posible, y tener una proyección de seguridad ante futuros imprevistos.

A pesar de que la economía argentina no suele permitir el ahorro, algunas personas aún pueden separar algo de dinero de sus ingresos mensuales para guardar. Para los casos en que esta situación es posible, existe un método sencillo de uso común, cada vez más extendido y aceptado además para llevar un control mensual de lo que gastan.

Uno de los principios básicos de las finanzas es restar los gastos de los ingresos, lo que da como resultado el ahorro. Pero con la regla de 50/30/20 se cambia el orden de los términos de manera que a los ingresos se le resta el ahorro, quedando como resultado los gastos.

Puede parecer, en un primer momento, un algoritmo muy complejo, de expertos matemáticos. Sin embargo, es mucho más sencillo y permite planificar los gastos y los ahorros en momentos como los actuales.

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Del 100% de ingreso mensual, hay que apartar el 50% para gastos básica, 20% para ahorro y el 30% para consumo de placer. Foto: Archivo Clarín

Básicamente, del 100% que se tiene  como ingreso mensual, habrá que apartar el 50% para necesidades básicas, 20% para ahorro y el 30% para consumos de placer.

Esta fórmula hace que se tenga en cuenta el porcentaje de ahorro con el que hay que cumplir cada mes. De esta forma, esa cantidad de dinero se descontará desde el principio, gastando menos mes a mes y acumulando más dinero para el futuro.

Según contó Gabriela Totaro, Founder GT Educación Financiera y docente en Invertir Online, a Clarín «antes de aplicar una fórmula es necesario tener conciencia de lo que ingresa y de lo que egresa. Por esta razón siempre sugiero, como primer paso,  hacer un listado con el dinero que entra y el que sale a través de gastos fijos«.

Por otro lado, indicó que «más allá de la regla 50/20/30 cualquier método que se aplique va a llevar a un orden, que es una clave fundamental en las finanzas para empezar a tener objetivos claros«.

Además, consideró importante destacar que para aplicar este método no es necesario tener ingresos altos. «Hay un prejuicio muy común en la mayoría de las personas con respecto a esto, pero la realidad es que solo basta con ajustar esta regla al presupuesto de cada uno».

¿Cómo se aplica la regla 50/20/30 a los movimientos reales de la economía doméstica?


​El 50 % para cubrir las necesidades básicas:

A la hora de controlar los gastos y de ahorrar, es aconsejable no destinar más del 50% de los ingresos mensuales a cubrir las necesidades básicas de una persona. A pesar de ser la partida presupuestaria más amplia de esta regla de ahorro, a algunos puede no parecerles suficiente para vivir el día a día.

Pero esto sucede, sobre todo, cuando no se tiene claro qué es un bien de primera necesidad y qué es algo prescindible. La mitad del sueldo debería estar destinada a:

  • El pago de la hipoteca o alquiler.
  • Los gastos habituales de una vivienda, tales como la luz, el agua, el gas, etc.
  • La comida del mes.
  • El pago del colegio en caso de estar estudiando o tener hijos que lo hagan.
  • Calzado y vestuario.
  • Transporte al trabajo.
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Actualmente existen varias alternativas para proteger los ahorros y evitar el impacto de la crisis en la economía personal. Foto: Reuters

El 20 % para el ahorro:

Es el porcentaje que se recomienda que vaya destinado al ahorro, con el que se forja un colchón. que puede ser esencial para afrontar algunos imprevistos. En caso de que no surjan, el ahorro siempre estará disponible de cara al futuro y así poder destinarlos a cualquier compra importante con el paso del tiempo.

No obstante, frente al escenario socioeconómico que se está viviendo con la inflación elevada, las inversiones toman un lugar protagónico para evitar que los pesos se debiliten ante la suba de precios y pierdan cada vez más su valor.

Es sabido que tomar la decisión de invertir en la Bolsa de Valores puede resultar muy intimidante para quien tiene poca o ninguna experiencia. Pero dejar que el miedo impida hacerlo puede ser un gran error.

Mucha gente asume que se debe tener mucho dinero y conocimiento sobre el mercado, pero nada más lejos que eso. Por lo que no es menor tener en cuenta que las inversiones en promedio se pueden hacer a partir de los $5.000.

Actualmente existen varias alternativas disponibles para poder proteger los ahorros y evitar el impacto de la crisis en la economía personal.

El 30 % para gastos prescindibles:

El último grupo de la regla 50/20/30 es, consiste en destinar el 30 % de los ingresos mensuales a aquellos gastos del día a día o puntuales que son prescindibles, pero que aumentan mucho nuestra calidad de vida. Dentro de esta categoría se incluyen todas las actividades de ocio y placer.

Si por alguna razón se decide y se puede no gastar ese dinero, mejor, ya que se tendrá más ahorros. De esta forma, se podrá ir aumentando la cantidad de dinero para crear un colchón financiero como ayuda de cara a futuro.

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Destinar el 30 % de los ingresos mensuales a aquellos gastos del día a día o puntuales que son prescindibles. Foto: Archivo Clarín

Según detalló la especialista en educación financiera Gabriela Totaro, también existe otro método que también podría ayudar al ahorro que es la regla financiera del 70/30.

Es decir, del 100 % de lo que ingresa, separar el 70% para gastos fijos y extraordinarios y, con el 30%, dividir el 10% en un ahorro de emergencia, que debería ser entre seis y doce meses de ingresos. El otro 10%, debería ser para el disfrute para que las finanzas personales sean rentables pero también saludables.

Y el 10 % restante se debe destinar al ahorro obligatorio a largo plazo que no se debe tocar mientras se sea un individuo productivo laboralmente, para que cuando ya no lo sea, ese ahorro permita mantener la misma calidad de vida que se tenía.

Fuente: Silvana Saldiburi. Clarín.com Servicios.

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