Casos de exito

Empresas familiares: la clave del éxito de estos argentinos para triunfar

Cómo afrontar la sucesión generacional en las empresas familiares.

Habían pasado 20 años desde que Manuel dejó su profesión para conducir la empresa familiar que, gracias a la generosidad de su suegro, tempranamente recibieron. Don Antonio dividió el campo en partes iguales, convocó a sus cinco descendientes y los invito a participar de un sorteo. Además, le dio a cada grupo familiar un capital de trabajo, «mínimo, para que puedan empezar» les dijo.

Así, Josefina y Manuel fundaron su propia empresa familiar. El desafío era enorme. Primero consolidarse y luego hacerla crecer para lograr una empresa suficiente para la próxima generación, «un campo para cada hijo» era el deseo de Josefina. Se esforzaron por hacerla crecer, pero la meta de multiplicar por tres la superficie para repetir el proceso con sus hijos no fue posible.

No obstante, también fieles a la tradición, siempre promovieron que sus hijos se desarrollaran profesionalmente de manera independiente. La idea de recibir un legado a futuro no podía ser un obstáculo para su desarrollo. De modo que coherentes con su modo de vida les inculcaron la idea de buscar su propio camino, y así lo hicieron.

Siempre estuvo presente la idea de «empresa familiar», pero ante la falta de escala y la imposibilidad transmitir el legado como lo habían aprendido, las iniciativas se frustraban sin que pudieron entender por qué.

Algunos paradigmas, fuertemente arraigados, los limitaban calladamente. El sucesor de Manuel debía ser su hijo mayor, pero él estaba feliz con su profesión lo que hacía difícil tomar la posta, y aunque trataba de acompañar el proceso de su padre siempre se estancaba. Otro era la idea de una fracción para cada quien, cuestión que limitaba las posibilidades para los otros dos hermanos, que no podían imaginar su rol si no era el de gestionar como sus padres el propio campo, luego de la división.

Fue entonces cuando Josefina y Manuel comenzaron a buscar nuevas alternativas. «Y si el campo no se dividía, si en lugar de poner el foco en la superficie buscaban otra forma de dar escala a la empresa por otra vía». Pero cómo en todo quiebre de paradigma, la incertidumbre era enorme, no estaban preparados para esto, era incluso contra cultural. Tan así que para romper el paradigma con raíces tan profundas, necesitaban ayuda, creían en la posibilidad pero no sabían cómo hacerlo.

El primer paso fue quebrar paradigmas y hacerlo juntos. Padres e hijos se animaron a desafiar viejas creencias y abrir nuevas posibilidades.

CADA UNO CON LO SUYO O JUNTOS CON LO NUESTRO

Reemplazar la idea de lo propio por lo compartido fue el siguiente paso. Comprender las implicancias de ser socios y, lo más importante, elegirse. Fue un proceso. Primero atreverse a pensar en esta posibilidad sin conflicto. Soltar la idea de ser uno para ser varios. Recibir la posibilidad de construir algo juntos, más potente, más sostenible, y definir las condiciones en que sería posible.

DIRECCIÓN FAMILIAR O PROFESIONAL

Repensar la conducción, abandonar la creencia de un único sucesor, hijo y mayor, para dar lugar a la posibilidad de una conducción acorde a las necesidades de la empresa, en virtud de las expectativas de los socios, y a la vocación y profesionalismo del eventual conductor.

Al mismo tiempo desmitificar el proceso de sucesión, que implica el retiro de una generación para dar lugar al ingreso de la siguiente, por uno que habilite la convivencia de ambas generaciones, afrontando los desafíos de la comunicación propios de las brechas generacionales para maximizar el potencial de la energía combinada con la experiencia. Resignificando la confrontación en complementación.

CRECER O NO CRECER

Desafiar el concepto vigente de crecimiento como ampliación de: la capacidad productiva, de la cantidad de empleados, de la facturación; por el de la capacidad de generación de riqueza. Abriendo de este modo un abanico infinito de posibilidades para aprovechar el talento de los miembros de la nueva generación.

Josefina y Manuel formaron una sociedad con sus hijos (que se eligieron socios), hoy planean nuevos horizontes para un proyecto empresario que no tiene límites.

Fuente: https://www.cronista.com/pyme/

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