Opinión

Techo de cristal: solo 1 de cada 5 empresas en Argentina tiene mujeres CEO

Romper con viejas tradiciones y estilos de liderazgo no solamente promueve la igualdad en materia de género, sino también espacios más diversos.

Si bien en las últimas décadas ha habido un progresivo ingreso de mujeres al mercado laboral, también es cierto que los puestos de liderazgo suelen estar ocupados por varones. Desde Grow, Género y Trabajo reflexionamos sobre esta situación y analizamos las causas de esta brecha.

¿Liderar es solo para varones?

Según una encuesta realizada en 2022 por el portal de empleos Bumeran, el 75% de las personas sostuvo que la mayoría de los puestos de liderazgo en sus trabajos estaban ocupados por varones. Estos números no hacen más que confirmar lo que se conoce como techo de cristallas mujeres y personas de otras identidades de género cuentan con menos posibilidades para acceder a puestos de liderazgo en las organizaciones.

Otros estudios ratifican esta percepción. Datos de la OIT muestran que solo 1 de cada 5 empresas en el país tiene mujeres CEO (OIT, 2018).

Según el INDEC, en Argentina, las mujeres solo ocupan el 26% de los puestos de jefatura y el 31% de las de dirección, aunque representen el 47% de los puestos asalariados (INDEC, EPH 3° Trimestre 2021).

El informe Gran Thornton 2022 sobre mujeres directivas, también da cuenta de esta situación, y demuestra que en este aspecto el país se ubica por debajo de la media de la región, en donde las mujeres representan el 35% de los puestos directivos.

La cuestión cultural y la división sexual del trabajo

¿Cuáles son las causas de esta brecha? Por un lado, la división sexual del trabajo, que en gran medida sigue dejando en manos de las mujeres la responsabilidad de las tareas domésticas y de cuidado, factor que obstaculiza su desarrollo en el ámbito profesional. Los actuales debates para modificar el régimen de licencias vigente serían un paso necesario -aunque no suficiente-, para ir hacia una distribución más equitativa de las tareas de cuidado, y por lo tanto garantizar mejores oportunidades de desarrollo laboral para las mujeres.

Pero al mismo tiempo operan algunos factores culturales menos visibles. La encuesta elaborada por Bumeran también arrojó que el 75% de las personas piensa que la baja proporción de mujeres en puestos de liderazgo se da porque “históricamente sucedió de esa forma”. Así, se prioriza a los varones en la ocupación y el ejercicio de estas posiciones.

Según una encuesta implementada por Grow, Género y Trabajo en el marco de nuestra campaña sobre violencia simbólica, más de un tercio de las personas respondieron haber escuchado que las mujeres no pueden liderar determinados grupos de trabajo por ser más sentimentales. Es decir, que se naturaliza que las personas líderes poseen características propias exclusivamente de los varones y que las mujeres no las tienen ni las pueden desarrollar. En la misma línea, tampoco se considera si esas cualidades sean las deseables para ser líderes.

La igualdad como derecho y horizonte

Ante este escenario, es importante promover la transformación cultural de las organizaciones y el desarrollo de ambientes en los que tanto mujeres como personas de otras identidades de género tengan igualdad de oportunidades. Romper con viejas tradiciones y estilos de liderazgo no solamente promueve la igualdad en materia de género, sino también espacios más diversos, que mejoran el desempeño de las organizaciones.

Según la OIT (2019), las organizaciones que desarrollan políticas de inclusión mejoran su productividad y rentabilidad, y tienen más probabilidad de retener personal. Desde Grow, género y trabajo nuestra misión es acompañar esa transformación cultural. Trabajamos junto con las organizaciones para acompañarlas en ese proceso, y promover sociedades más justas e igualitarias.

Fuente: https://www.ambito.com/negocios

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