Casos de exito

Son argentinos, se dedican a reparar relojes históricos y su negocio ya mueve millones: quiénes los contratan

En Gnomon trabajan en campanarios y edificios históricos. Facturó $15 millones en 2021 y piensa en doblar las ganancias

Todo comenzó en Jesús María, Córdoba, con la colocación del primer reloj monumental en un negocio.

«Empezamos a buscar donde comprar una pieza para calzarlo a un reloj monumental que habíamos fabricado y queríamos colocar en un local comercial. Viajé a Buenos Aires, y un amigo relojero en San Telmo me ofreció una máquina muy chiquita eléctrica, que podía servir. Se la compré, la adapté y la sumé al reloj. Allí me di cuenta que en Argentina había un mercado muy importante de relojes monumentales; y así nace Gnomon Relojes, en octubre de 2007″, cuenta Guillermo del Valle.

La empresa se dedica a la fabricación y puesta en valor y marcha de relojes monumentales y campanarios. Trabajan cinco personas, aficionadas del rubro. «Nuestra pasión son los relojes que siempre tienen que funcionar a la perfección», dice.

El origen de su nombre hace referencia a la pieza que en los relojes de sol proyectaba sombra sobre la escala y permitía saber qué hora del día era. Un hito importante de la firma fue haber colocado en 2010 el reloj en la fachada de la Casa Rosada. Luego, siguió la reparación del reloj del Cabildo, el del CCK, etc.

En todo el país, hay más de 2000 relojes monumentales, distribuidos en iglesias, municipalidades, espacios públicos, entidades bancarias, escuelas y universidades. Buenos Aires es la ciudad que mayor cantidad tiene. Son los famosos relojes Seiko. Para el Mundial 78 se colocaron alrededor de 120, luego los fueron retirando, ya que se rompían y no había repuestos. Hoy quedaron alrededor de 50 relojes aseguran. Le sigue, la ciudad de Córdoba con 33 relojes en vía pública y luego Rosario con 19 relojes.

EL MERCADO EN LA ACTUALIDAD

«No hay empresas que hagan esto (prácticamente no tienen competencia a nivel nacional). Además de los relojes, también automatizamos campanarios de iglesias y carillones grandes», manifiesta Del Valle.

Sus principales clientes son los municipios y las iglesias, que siempre consultan para restaurar sus relojes y automatizar las campanas. Por mes, reciben entre una y dos consultas. Aunque los pedidos de presupuesto no sólo son de Argentina también hay demandas que llegan desde Uruguay, Chile, Bolivia, y Paraguay.

Colocar un reloj nuevo como el de la Casa Rosada anda en el orden de los $380.000 con máquina y todo. Automatizar un reloj para una iglesia de cuatro caras y dos campanas con restauración completa debe andar en el orden de $1 millón, dependiendo del tamaño y la cantidad de campanas.

Reparar un reloj, como el del Cabildo, debe andar en el orden de los $300.000 y fabricar y colocar un reloj de vía pública, de 4 caras, debe andar en $1 millón más IVA.

En cuanto a facturación, en 2021 Gnomon Relojes facturó $15 millones. «Este año, a esta altura, llevamos facturado más del 50% del año pasado. Vamos creciendo como empresa, y pese a los vaivenes de la economía argentina, estamos trabajando bien con clientes muy importantes como Trenes Argentinos y la Municipalidad de Rosario. Ellos apuestan a nuestro trabajo y nos permiten tener grandes proyectos», remarca el creador de Gnomon.

¿Proyectos? La empresa siempre está innovando. Sin ir más lejos, Del Valle tiene una especie de sueño que es conseguir los recursos para comprar un vehículo especial, de manera, que se transforme en el Primer Taller Móvil de Relojería Monumental de Argentina. Este taller llevaría herramientas de banco, o sea, un mini torno para metales, una maquina perforadora, un banco de trabajo, conexiones eléctricas (la posibilidad de conectarnos a una red para tener 220 para manejar todas esas piezas), cajones con repuestos, herramientas de mano, entre otros materiales; y la posibilidad de viajar 4 o 5 personas para reparar los relojes. En dinero, rondaría los $10 millones aproximadamente.

Fuente: Karina Longo https://www.cronista.com/pyme/

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