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8 consejos para mejorar tu empresa desde la base

Toda empresa es un reflejo de su propietario. Por eso, muchas veces me siento a pensar hacia dónde quiero que avance mi negocio. Cada vez que realizo esta acción, vuelvo a recordar la importancia de examinar y cuestionar sus procesos actuales, a la competencia, a mi equipo e, incluso, cuestionarme a mí misma como líder.

Me gustaría dejarte 8 consejos acerca de cómo construir un negocio que funcione. Estos pueden darte el puntapié para cuestionar tus creencias, actitudes y suposiciones actuales. De modo tal que amplíes tu visión y ello te traiga más de lo que buscás en tu empresa y en tu vida.

1. Cómo pensás es cómo acabás haciendo negocios

Dentro de cada empresario viven tres personalidades distintas:

  • El técnico: se encuentra en el presente y se centra en hacer el trabajo de fabricar, vender y entregar.
  • El gestor o gerente: se enfoca en conseguir resultados a través de los sistemas. Recuerda cómo se hicieron las tareas en el pasado, analiza los datos y sistematiza las operaciones, elaborando estrategias para alcanzar la visión de la empresa. También se encarga de bajar estas ideas a su equipo de trabajo.
  • El emprendedor: es el soñador que se esfuerza por acortar la brecha entre la situación actual del negocio y la visión final de la empresa.

La mayoría de los problemas de los empresarios se deben a que una personalidad sobresale encima de la otra.  Por lo general, el técnico predomina sobre las otras dos. Pero si cultivás la visión sistémica de tu gestor interior y liberás al emprendedor que te permite soñar, es posible que logres los resultados que deseás para tu empresa. El secreto está en la integración de estas tres personalidades.

2. Cómo transformar la visión de técnico a empresario

Si sos un técnico de corazón, es probable que tu negocio espere mucho de vos y no te sientas preparado para tanta exigencia. Trabajar bajo la expectativa de cumplir con todo puede ser frustrante. Vas a sentir que “no te alcanzan las horas del día” y que pasas demasiado tiempo tachando pendientes sin ver los resultados que tanto soñás. A fin de modificar esto, hay que cambiar esa visión de técnico a una perspectiva más empresarial.

  • Para el técnico, el producto es el producto que se vende. Para el empresario, la empresa es el producto.
  • Para el técnico, la empresa es un lugar al que ir a trabajar cada día. Para el empresario, la empresa es una visión hacia la que dirigirse.  
  • Para el técnico, la empresa funciona gracias a él. Para el empresario, la empresa funciona sin él.

Una organización que depende de vos, que no puede marchar sin vos, nunca te dará lo que necesitás de ella.

3. Tu negocio es tu producto

Tu empresa tiene que poder producir resultados sin vos. Deberías desarrollar la capacidad de ofrecer la experiencia ideal a tu cliente, tanto si estás como si no. Pensalo así:

¿Qué pasaría si tu empresa fuera solo una de otras 10 que están a tu cargo? ¿Cómo tendrías que enfocarlo para producir resultados sin que dependa de vos?

Este tipo de reformas comienzan por hacerse en los sistemas de la empresa. Tendrías que averiguar la manera de moldear cada aspecto del negocio y definir la función para cada proceso. También, que rol cumpliría tu personal y de qué resultados serían responsables.

Así que ese es el objetivo principal: trabajar para construir un negocio que funcione de forma consistente, rentable y autosuficiente. Con el tiempo, empezarás a reemplazarte a vos mismo por personas que puedan hacer tu trabajo, de manera eficaz y con el apoyo de tus propios sistemas. Con dedicación, el negocio que tenés ahora, incluso con sus imperfecciones, te llevará por el camino que en realidad querés. Ya verás.

 4. Tu negocio puede -y debe- servir a tu vida

Tu empresa es más que un lugar de trabajo, es un espacio dónde realizar tus sueños. ¿Cómo aporta tu negocio a tu vida? Una vez leí que la mejor manera de emprender es desarrollando una idea que solucioné el problema que hoy tenés. Y me pareció increíble.

Si tu negocio no está a tu servicio, lo más probable es que te esté consumiendo. Una labor que está al servicio de tu vida crea más vida: te llena de energía, en vez de agotarte. Es un espacio donde podés ser vos con todo tu potencial, en lugar de una “versión laboral más pequeña” de vos. Es un mundo que refleja tu visión, tus valores y cómo querés que tu equipo se alinee con ellos.

Cuando pongas tu intención en crear esto, descubrirás un negocio que te encanta dirigir y una vida que te emociona vivir.

5. Tiempo es sinónimo de vida

Desarrollar tus habilidades internas de Gerente y Emprendedor liberará tu tiempo para construir un negocio que aporte a tu vida. Si tu empresa depende demasiado de vos para producir resultados, este será un camino difícil. Vas a necesitar hábitos, disciplina y voluntad para descubrir que sos capaz de producir resultados sin estar presente. Vas a requerir de autogestión y una nueva relación con tu recurso más preciado: el tiempo. Si querés dirigir tu organización, en lugar de que esta te dirija a vos, empezá por cambiar la forma en que usás tu tiempo.

6. Hacé que valga la pena

Debés alcanzar el punto medio óptimo dónde satisfacés las necesidades de tus clientes y, también, tus objetivos financieros personales. Cumplir estos dos objetivos requiere un profundo conocimiento de tu mercado objetivo y un modelo de negocio bien razonado y validado.

Una oportunidad de negocio en la que vale la pena invertir, y que confirma que los objetivos financieros esperados pueden ser —y van a ser— alcanzados, es la que satisface las necesidades de tus consumidores de una manera que lo diferencia claramente de sus competidores.

7. Concentrate en conocer a tu cliente

Detenete un momento e imaginá a tus clientes: ¿Quiénes son? Es de suma importancia sentarse a conocer a tu público objetivo: dónde están, qué necesitan y cómo se sienten. Los empresarios requieren saber esto porque es fundamental encontrar la manera de eliminar una frustración o satisfacer un deseo REAL de sus clientes que haga que la inversión en su negocio merezca la pena.

Además, una empresa que conoce quienes son sus consumidores, posee un gran servicio de atención al cliente. Este detalle en la atención es lo que diferencia a las empresas excepcionales de las ordinarias. Para asegurarte de que las personas elijan tu marca, es crucial ofrecer a tus clientes una experiencia fuera de serie de manera consistente. Esto se logra con una mezcla de personas inspiradas y sistemas inteligentes, y esa combinación debería estar siempre por encima de tu participación personal.

8. Definí tu marca

Las marcas que diseñan una forma única de hacer las cosas pensando en un cliente concreto son las que más atraen a la gente, las que más les gustan y las que más les inspiran.

La imagen de una empresa que funciona es una descripción de la experiencia ideal para: tus clientes, tus potenciales clientes, proveedores, inversores y todo tu equipo. También, la imagen describe aquellos resultados que producirá.

Esa es la verdadera definición de tu marca: tu propia forma de hacer negocios. Determina el aspecto, el modo de actuar, la sensación que generará y el rendimiento del equipo. Este tipo de empresas son las que generan clientes a largo plazo a los que les encanta hacer negocios con ellas.

 Y vos, ¿examinás y cuestionás tu empresa? ¿Qué creencias y suposiciones que aún sostenés podrías modificar para mejorarla?

 

Fuente: Fabiana Mejalelaty https://www.alumbralab.com/

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